Al ilegalizar las drogas, hemos convertido un problema de salud en un problema de seguridad.
Emilio Soler
sábado, 13 de junio de 2009
viernes, 12 de junio de 2009
Sobre la pobreza y la riqueza
La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos.
Platón
Platón
jueves, 11 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
Dios me salvara
Un hombre se está ahogando en el mar, pasa un barco y le ofrece su ayuda. El hombre les dice:
- 'No me salvéis vosotros, Dios me salvará'.
Al cabo de unos minutos pasa otro barco, que le ofrece su ayuda,
- ¡No me salvéis vosotros, Dios me salvará!
El hombre termina por ahogarse, y cuando sube al cielo le dice a Dios: ¿Porqué no me salvaste?
A lo que Dios le contesta: ¡Pero si te envié dos barcos!
- 'No me salvéis vosotros, Dios me salvará'.
Al cabo de unos minutos pasa otro barco, que le ofrece su ayuda,
- ¡No me salvéis vosotros, Dios me salvará!
El hombre termina por ahogarse, y cuando sube al cielo le dice a Dios: ¿Porqué no me salvaste?
A lo que Dios le contesta: ¡Pero si te envié dos barcos!
Todos los seres humanos somos iguales al nacer..
Todos los seres humanos somos iguales al nacer, y desde ese momento dejamos de serlo.
El espia y la monja
En un aeropuerto de una de las ciudades de la antigua Cortina de Hierro, un espía huía de la policía secreta rusa, la KGB.
Estaba a punto de ser capturado, cuando, súbitamente, tropezó con una monja a la que le pidió que lo escondiera bajo su hábito.
Los agentes de la KGB preguntaron a la religiosa si había visto al espía y le dieron su descripción. Ella les informa que no lo había visto.
Cuando ya el peligro había pasado, el espía salió de debajo del vestido de la monja y se inició el siguiente diálogo:
-"Gracias, hermana, por haberme salvado de ser capturado por la KGB
- Ha sido con mucho gusto, hijo
- Tengo que decirle, hermana, que usted tiene unas hermosas piernas. ¿Se dio usted cuenta del besito que le di en las pantorrillas?
- Claro, hijo
- ¿Sintió usted los besitos que le estampé en las piernas, antes de las rodillas?
- Sí, hijo
- ¿Notó cuando fui subiendo y le cubrí las piernas de besos, arriba de las rodillas?
- Sí, hijo.
- ¿Qué hubiera sucedido si yo sigo subiendo, y subiendo y llenándola de besos?
- ¡Pues que me hubieras besado los huevos, cabrón! ¡Yo también soy un espía!.
Estaba a punto de ser capturado, cuando, súbitamente, tropezó con una monja a la que le pidió que lo escondiera bajo su hábito.
Los agentes de la KGB preguntaron a la religiosa si había visto al espía y le dieron su descripción. Ella les informa que no lo había visto.
Cuando ya el peligro había pasado, el espía salió de debajo del vestido de la monja y se inició el siguiente diálogo:
-"Gracias, hermana, por haberme salvado de ser capturado por la KGB
- Ha sido con mucho gusto, hijo
- Tengo que decirle, hermana, que usted tiene unas hermosas piernas. ¿Se dio usted cuenta del besito que le di en las pantorrillas?
- Claro, hijo
- ¿Sintió usted los besitos que le estampé en las piernas, antes de las rodillas?
- Sí, hijo
- ¿Notó cuando fui subiendo y le cubrí las piernas de besos, arriba de las rodillas?
- Sí, hijo.
- ¿Qué hubiera sucedido si yo sigo subiendo, y subiendo y llenándola de besos?
- ¡Pues que me hubieras besado los huevos, cabrón! ¡Yo también soy un espía!.
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